La peligrosidad de la ignorancia política
Ciriaco Navarrete Rodríguez
En la República Mexicana, veo con mucha tristeza una peligrosa ignorancia política, porque alienta el desarrollo del encono familiar y la descomposición social, lo cual, trae muchísimas consecuencias negativas, particularmente en nuestras familias, circunstancia que trasciende al contexto correspondiente de nuestras amistades, en cuyo universo menudean los airados reclamos, que en ocasiones han llegado a desembocar en graves y hasta mortales tragedias.
Lo censurable, es que en esa realidad no reparan los aspirantes a cargos de elección popular, al contrario, se solazan con el uso una bella, pero falsa retórica, que solo ayuda a confundir al electorado, lo mismo en el ámbito municipal, que en el estatal, y a nivel nacional, porque de manera inapropiada, las candidatas y los candidatos, hacen muchas promesas que ni siquiera saben de qué manera las cumplirán.
Por ejemplo: Todos los candidatos presidenciales están haciendo promesas de apoyos económicos para las familias de los votantes, pero no han explicado de dónde saldrá el dinero para cumplirle al pueblo, la respuesta es muy sencilla, en México no puede crecer la riqueza porque no existe la democracia en la Constitución General de la República, la cual fue promulgada por Don Venustiano Carranza, el día 5 de febrero del año de 1917.
Pero la pudo jurar hasta el día uno de mayo del mismo año, fecha en la cual, el Congreso lo declaró Presidente Constitucional, y dejó de ser simplemente constitucionalista, pero el retraso se debió a que prevalecía un enfrentamiento ideológico entre el Presidente Carranza que férreamente defendía el ideal revolucionario maderista.
Ese ideal revolucionario tuvo como sustento socio-capitalista, al modelo agrario de la pequeña y mediana propiedad de la tierra, el cual es eminentemente democrático, porque en él se garantiza la solidez jurídica en el derecho de la tenencia de la tierra, pero en Congreso de Querétaro, cuya mayoría estaba contagiada con el marxismo bolchevique, rechazó el Proyecto de Nación democrática de Carranza, y a cambio nos regaló la Constitución socio comunista, regresiva y empobrecedora que entró en pleno vigor en la fecha ya señalada, y que data de hace más de 101 años.
Los políticos mexicanos, municipales, debido a esa normatividad constitucional vigente, están obligados a obedecer ciegamente los dictados de los altos mandos nacionales, y particularmente, todo lo que ordene el Presidente de la República en turno, y aunque se le han hecho muchas reformas a la Constitución en comento, siempre se han realizado con la todavía intocable autoridad presidencial.
El ejemplo más reciente lo tenemos en el inacabado intento de terminar con el “fuero” que han disfrutado los gobernantes, y que no es otra cosa que una protección inapropiada, que solamente les ha sido muy útil, para gozar de absoluta impunidad, lo mismo en la comisión de violación de los derechos humanos del pueblo, y también para cometer múltiples actos de corrupción.
Pero como los candidatos presidenciales no taren propuestas humanamente adecuadas, para convencer al electorado mexicano para que les conceda su voto, se les hace más fácil incurrir en la diatriba y el ataque fácil, pero sin ningún sustento relativo a los saberes verdaderos, y eso se debe a que nutren sus deficientes ideas, dicho sea coloquialmente, “mirando la paja en el ojo ajeno, sin mirar la viga que traen en sus propios ojos”.
Esa triste realidad comprueba la ignorancia política tanto de los propios candidatos presidenciales, como la de sus equipos de campaña, muy a pesar de que traen como asesores a supuestos genios y luminarias de académicos, que saben de democracia verdadera, lo que usted y yo sabemos de viajes espaciales.
Pero les aseguro que al señalar tan graves deficiencias cognoscitivas de la democracia verdadera, tanto de los candidatos a cargos de elección popular, en lo general, como de sus respectivos equipos de campaña, no lo hago con el propósito de exhibirlos como incompetentes, porque probadamente, ellos solos lo están demostrando.
Ojalá que, con sana devoción patriótica y elevado espíritu nacionalista, todos los candidatos mexicanos a cargos de elección popular, sumaran sus esfuerzos para reconsiderar sus errores y omisiones, porque eso disgusta mucho a los electores, porque todos deseamos que nos hables con sustento en la verdad, y no en simples promesas que jamás han cumplido sus antecesores, y que tampoco podrían cumplir quienes ahora andan en campaña.
Insiste en que en los municipios y en cada uno de los estados de la geografía política nacional, los mandos políticos y los gubernamentales, por uso y costumbre se suceden en cascada, lo cual significa que todos mundo se atiene a los dictados de los altos mandos nacionales, y por ese motivo, se encuentran acotados los candidatos de abajo, “ya que no se deben salir del formato dictatorial de los de arriba”. Ese acorralamiento, cancela las libertades de los mexicanos.
Y como todos los días, termino el presente trabajo editorial, con la certeza de que: “La gran solución a la problemática nacional de México, solamente se podrá lograr mediante la adopción de la Democracia Verdadera como Régimen de Gobierno, lo cual es una verdad irrefutable; y mienten los que ofrecen falsas soluciones mesiánicas”.

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