Este día durante la gira de trabajo en Tampico del gobernador Américo Villarreal Anaya y la secretaria de turismo federal, Josefina Rodríguez, alguien comenzó a perder su brillo.
Por más que intentó ser considerada como parte integral de la comitiva que acompañó la funcionaria federal en el evento; por más sonrisas que repartió a diestra y siniestra a los alcaldes de Tampico Madero y Altamira, mientras hacía el recorrido hacia la mesa principal; y por más que quiso sobresalir, no lo logró.
Ninguno de los presidentes municipales volteó a verla ni mucho menos bajó la velocidad de sus pasos para que lograra acomodarse entre el gobernador y la secretaría del gabinete presidencial.
Nada de eso.
Tras el escándalo en que se vio involucrada hace algunos días, tal parece que todos le hicieron el «fuchi kk», qué tanto pregonaba Andrés Manuel López Obrador hacia todo lo que oliera al viejo régimen.
Parte fundamental del régimen priísta, Sosa Ruiz, por lo menos hoy, no logró figurear en Tampico como ella hubiera querido.
Tratar de competirle a Mónica Villarreal en su ciudad, mejor dicho, en el municipio en el que vive y del cual es presidenta municipal, no le funcionó.
Por lo menos este día, los alcaldes de la zona conurbada, los que tanto hablan de hermandad política, la pusieron en práctica pero solo entre ellos tres, y prácticamente le hicieron «corral» a Olga, a quien solo le quedó sonreír y sonreír.
