Lun. Oct 20th, 2025

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Rutinas y quimeras

Clara García Sáenz

Estaba trabajando un texto para explicarme un poco el por qué un gobierno decide derribar un complejo llamado Ciudad de las Artes en Nayarit (hecho que por sí mismo es aberrante), pero, además, destruirlo para construir un estadio de futbol, lo que es sin duda la mayor manifestación de la estulticia humana, que nadie con un poco de sensibilidad o sentido común es capaz de comprender; porque ante todo es un acto monstruoso que exhibe la torpeza de los gobiernos. En eso estaba cuando leí que en Tamaulipas nuestros geniales diputados en aras de la austeridad desaparecerán por decreto todos los institutos que existen en el gobierno como el de la juventud (que nunca ha servido para nada) o el de la mujer (que se ha dedicado solamente a hacer cursitos y pagar lujos caros a sus directoras) cosas que podría explicar la decisión del Congreso.

Pero donde se han prendido las alarmas es en incluir al Instituto del Deporte y al Instituto Tamaulipeco para la Cultura y la Artes (ITCA), dos áreas fundamentales para la paz social, la convivencia, la salud física y la sensibilidad espiritual de los tamaulipecos. Una cosa es que no sean eficientes y rindan malos resultados y otra cosa es pensar en reducirlos al ámbito burocrático porque sale muy caro mantenerlos.

El asunto no es grave, es gravísimo, primero por la falta de visión y entendederas de nuestros diputados, entre ellos quien fuera directora del Instituto Tamaulipeco de Cultura en la época del gobierno de Américo padre y es la encargada de la comisión de cultura en el Congreso del estado.

En segundo lugar, porque Tamaulipas muestra un retroceso en materia política y administrativa al reducir a una simple dirección toda la acción misma del deporte y la cultura, que no son actividades lúdicas ni recreativas, sino un entramado de personas, recintos, públicos, artistas que necesitan presupuestos propios e independencia financiera para ser eficientes.

Tercero, contradicen la política de la federación que ha llevado a niveles de Secretarías de estado a la cultura y las mujeres; mientras que en Tamaulipas reducen con ese decreto sus ámbitos de desarrollo y atención social.

Hace algunos meses escribía en este mismo espacio a cerca de la necesidad de que el ITCA desapareciera por su entramado burocrático que no le permite ser eficiente, discutiendo la necesidad que se creara la muy justificada Secretaría de cultura.

Ahora esa posibilidad se aleja y ante la incapacidad de resolver los problemas de la política cultural, cuyos desaciertos han sido innumerables, la propuesta del Congreso es que las Secretarías correspondientes se harán cargo de atender los temas de los ya agonizantes institutos, que morirán en 90 días según ha quedado estipulado en el decreto. Pero yo no veo que la secretaria de Bienestar Social, (quien debe de tener gran sensibilidad hacia la cultura y las artes debido a sus antecedentes universitarios), se vaya a dar tiempo para administrar las políticas culturales cuando se la pasa repartiendo despensas o cobijas según la época del año y asistiendo solamente a los eventos culturales de la pinacoteca donde se reúnen muy a menudo las señoras de alcurnia.

No ha podido nombrar siquiera a alguien en la dirección del Museo Regional de Historia de Tamaulipas, aunque si nombró a una pintora incipiente como directora de la Casa del Arte haciendo a un lado a una experimentada maestra que estuvo encargada del recinto, la recién llegada es una recomendación de las tías del gobernador. Además de que sus colaboradores en Bienestar afirman que todo lo debe consultar en las oficinas de la Calzada de Tamatán.

Podría seguir con esta lista de equívocos, pero quiero terminar esta dolorosa columna recordando que en el Plan Estatal de Desarrollo de Tamaulipas 2023-2028 se ocupan 19 páginas para desarrollar objetivos, estrategias y acciones en torno al fomento de la cultura y las artes, de los cuales a mitad de sexenio no se han cumplido ni el 50%, por eso es urgente que tanto el Congreso de estado como el mismo gobierno estatal aclaren qué están pensando hacer cuando desaparezca el ITCA además de quererse ahorrar unos pesos; justificación lamentable cuando se trata de la cultura, el arte y el humanismo en un gobierno de izquierda cuya esencia ideológica siempre ha sido el fortalecimiento de estas áreas, que en el pasado eran vistas como decorativas, elitistas y suntuarias de las que se podía prescindir cuando se necesitaban recortes presupuestales.

Sin duda, el peor error que un gobierno puede cometer es quererse ahorrar en cultura, porque en este asunto se juega la esencia social del pueblo.

E-mail: garciasaenz70@gmail.com

Por redaccion

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