Por José Rafael Villa Guzmán
*Ayuda de Contingencia, “El Buen Samaritano”
Bienvenidos a este servicio de barra.
En tiempos de desgracia, cuando la naturaleza nos recuerda nuestra fragilidad, la barra no debería
servir mezquindad. Sin embargo, en la política mexicana, y en la de Veracruz, existe un trago
recurrente que se sirve frío y con una dosis letal de oportunismo: el Cóctel del Clic Político.
Este cóctel no se prepara con insumos de calidad, sino con la casualidad más cínica. Se trata de
esos políticos y facciones que, en momentos de contingencia, aparecen súbitamente con
despensas, camiones y selfies enlodados; ¡ojo! no hablo de los gobernantes, sino de los que “algo
quieren”. La ayuda es siempre bienvenida, sí, pero la pregunta flota como el hielo en el vaso: ¿Es
solidaridad genuina o es una casualidad demasiado bien calculada para ser honesta?
La receta es simple, pero sus consecuencias son un insulto a la inteligencia.
- El Ron Añejo: El Desastre Sin Aviso (La Necesidad Cruda)
El Ron Añejo es la base amarga, la necesidad real. Es la inundación que no perdona, el viento que
no respeta colores, el lodo que no espera a que llegue el camión de las cámaras para transmitir.
Es el sufrimiento no mediático: la pérdida de la cosecha, el colchón mojado, la incertidumbre en
los albergues.
Esta es la única verdad de la contingencia. El político oportunista ignora este Ron Añejo durante
años, pero lo usa como base para su trago cuando el desastre ya es portada, y aparece como con
una varita mágica a decir “yo si ayudé”, para que le aplaudan. - El Jarabe de Oportunidad: La Casualidad Forzada (El Timing)
El Jarabe de Oportunidad es el ingrediente central, la falsedad de la «casualidad» que empuja a
ciertos actores a aparecer en el fango. Estos personajes, ajenos a la responsabilidad del gobierno
que recibe el desastre natural, son los que esperan el momento justo.
No es casualidad que el político local o foráneo que estuvo ausente o que simplemente no
gobierna el lugar que recibió el embate de la naturaleza, aparezca con botas entregando una
despensita o enviando hasta helicópteros; es cálculo puro. Recuerde, lector: En política no existe
la casualidad. La presencia de estos actores obedece a una simple estrategia: aprovechar el vacío
de la contingencia para obtener un beneficio no ganado. Su apoyo es un depósito a su cuenta de
popularidad, no una donación desinteresada al pueblo. Es la casualidad cínica de quienes tienen
un timing electoral perfecto; y quienes se manejan en contra del gobierno en turno aprovechan
para desacreditar cualquier acción para decir que alguien mas lo esta haciendo. - El Garnish de Papel: La Foto y el Hashtag (La Falsa Solidaridad)
El Garnish de Papel es la capa superficial que lo embellece: la foto, el comunicado de prensa, el
hashtag de «cercanía». Esos polítiquillos y politiquillas de los que hablamos no están en el campo
para ayudar, están para documentar la ayuda y usar ese archivo para promocionarse cuando sea
necesario.
La ayuda de contingencia se convierte, así, en un bien transitorio y reemplazable: se entrega el
bulto y se exige el clic. Lo importante no es que la despensa llegue, sino que la foto del político
entregándola se haga viral. La solidaridad es fugaz; la imagen política es eterna (o al menos hasta
la siguiente elección o solicitud de apoyo al pueblo para la construcción de un trasvase de agua a
Nuevo León desde una cuenca en el mero norte de la entidad, ¡yo solo digo!).
El Twist Final: La Insultante «Buena Fe»
El Cóctel del Clic Político es un trago insultante porque confunde la improvisación con la buena fe.
Si la ayuda llegara de manera planeada, presupuestada y coordinada, no se necesitaría la
casualidad del desastre para que ciertos nombres aparecieran.
La política no es un reality show de supervivencia. Quienes mandan apoyos solo cuando la
casualidad o el timing les abren una ventana electoral, demuestran que su verdadera contingencia
no es el agua, sino la falta de popularidad. No se les ve construyendo diques en tiempos secos,
pero son los primeros en flotar en el lodo con una despensa en mano.
Es hora de entender que la casualidad en la ayuda es el signo más claro de la falta de carácter. La
solidaridad real no espera una cámara; la estrategia sí.
El Cierre: No Hay Tragos Gratis
Permítaseme cerrar esta barra con una advertencia fría: La ayuda que hoy llega, incluso aquella
que el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, envía como gesto de «buena vecindad», y que
agradecemos profundamente, no puede ni debe ser utilizada después como moneda de cambio.
La gratitud es humana, pero la política es cálculo. Que la imagen de la despensa de hoy no se
convierta en una condicionante moral cuando llegue el momento de las consultas populares sobre
la construcción del trasvase de agua del Río Pánuco a Nuevo León. La región huasteca, que hoy
sufre el exceso de agua, merece que cualquier negociación sea favorable a su pueblo,
garantizando, en el momento oportuno, la construcción de obras de captación, almacenamiento
de agua y control de avenidas para los tiempos de estiaje. La necesidad de hoy no puede
hipotecar el futuro hídrico de Veracruz de la Cuenca Baja del Río Pánuco.
Sírvanse, y hagan llegar sus donativos a los centros de acopio, todo sirve.
