Lun. Oct 20th, 2025

Cuidar el espacio para cuidarnos

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Por: Zaira Rosas

¿Existen formas correctas de habitar nuestro entorno? ¿Realmente convivimos en armonía con la tierra? ¿Respetamos a otras especies e incluso nos atrevemos a reconocernos como iguales entre nosotros? Estas son las preguntas que surgen en mí después de ver el documental Formas de atravesar un territorio de la directora Gabriela Ruvalcaba y la productora Pía Quintana Enciso.

En esta producción, a lo largo de 78 minutos, observamos a un grupo de mujeres tsotsiles, pero también una serie de imágenes que nos confrontan con la manera en que la humanidad interactúa con el entorno que nos da vida. Ellas caminan, siembran, pastorean y habitan la tierra con una conciencia que parece haberse perdido en gran parte del mundo. Mientras sus pasos avanzan sobre los altos de Chiapas, se percibe una relación de respeto, un equilibrio que surge del reconocimiento mutuo entre persona y paisaje.

Sin embargo, al terminar el documental, no pude evitar pensar en la otra cara del país: las regiones inundadas por las lluvias incesantes en estados como Veracruz, Tabasco o Chiapas mismo. En lugares como Poza Rica y Álamo, las calles se transformaron en ríos, las casas en ruinas, y las promesas de reconstrucción en una espera interminable. La naturaleza parece recordarnos que no hay dominio posible sobre ella, que su equilibrio no puede ser manipulado sin consecuencias.

Las imágenes del agua desbordada son también el reflejo de un modelo de desarrollo que ha ignorado durante décadas las advertencias. Se construye sobre zonas de humedales, se rellenan manglares, se talan bosques para abrir paso a carreteras o fraccionamientos. En nombre del progreso, se trazan ciudades sin pensar en los cauces naturales, se modifica el curso de los ríos y se olvida que la tierra tiene memoria. Cuando el agua regresa, lo hace siguiendo su camino ancestral.

Mientras unas comunidades aún mantienen prácticas que respetan los ciclos naturales, otras vivimos bajo la lógica de la urgencia, del consumo y del despojo. Formas de atravesar un territorio muestra que existen otras maneras de estar en el mundo: modos de habitar que no buscan apropiarse del espacio, sino coexistir con él. En contraste, nuestras ciudades modernas son evidencia de la desconexión; hemos convertido la naturaleza en recurso y el territorio en propiedad.

La desigualdad se hace visible también en los desastres. Aunque el agua no distingue clases sociales, las consecuencias sí lo hacen. Quien puede reconstruye, quien tiene ahorros o seguros vuelve a empezar. Pero hay miles de personas que esperan ayuda, que pierden todo y que, aun así, deben enfrentar la burocracia o la indiferencia institucional. Las inundaciones, más que fenómenos naturales, se han vuelto tragedias sociales: resultado de decisiones políticas, de modelos de crecimiento que privilegian el beneficio inmediato sobre la sostenibilidad.

El documental nos invita a observar, a caminar lento, a reconocer el territorio con humildad. Nos muestra que el respeto por la tierra no es una idea romántica ni un lujo, sino una necesidad para sobrevivir. En los altos de Chiapas, las mujeres tsotsiles practican una forma de vida que implica reciprocidad: lo que la tierra da, se agradece y se cuida. En cambio, nuestras ciudades parecen haber olvidado esa reciprocidad. Exigimos sin dar, tomamos sin mirar atrás.

Tal vez el primer paso para prevenir futuros desastres no esté en construir más muros de contención o en diseñar mejores drenajes, sino en cambiar la manera en que concebimos nuestro lugar en el mundo. Necesitamos reaprender a habitar, mirar el territorio no como un objeto de explotación sino como una extensión de nosotros mismos.

Cuidar el espacio no es un gesto ambientalista aislado; es una forma de cuidarnos entre todos. Porque cuando la tierra se desborda, lo que colapsa no es solo el paisaje, sino la forma en que decidimos convivir con él. zairosas.22@gmail.com

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