![]()
Por Helí Herrera Hernández
El asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán: Carlos Manzo, el pasado sábado primero de noviembre, es el reflejo del drama, de la tragedia que vive México.
La numeralia oficialista, esa que mañana a mañana escucha y ve en voz de Claudia Sheinbaum Pardo, choca en extremo con lo que sucede en México desde Tijuana a Cancún y desde Matamoros a ciudad Hidalgo Chiapas.
Un país es el que describe la presidenta, y otro muy distinto el que vivimos día a día de crímenes, odios, rabia, secuestros, desapariciones.
Afirma Omar García Harfuch, el secretario de la Defensa Nacional y la propia arquitecta del segundo piso Sheinbaum Pardo, con tono ufano, que Carlos Manzo tenía protección federal -14 guardaespaldas-, y pues nada, que se los asesinaron entonces en sus propias narices como para demostrar aun mas su inoperancia, su ineptitud, su impotencia, su incompetencia, su ineficacia para cuidar a un hombre que desafío al crimen organizado, que critico hasta el cansancio a la política de los abrazos y no balazos. Aquel que afirmaba convencido que los abrazos tenían que ser para las mujeres y niños, , para la clase trabajadora, para los limoneros y aguacateros, pero que a los criminales había que darles chingadazos.
¿Alguien duda que en México manda el crimen organizado? Que estos imponen sus reglas y que si alguien los desafía lo mandan asesinar públicamente, en día festivo, ante miles de testigos, para que vea el gobierno de cuarta quien es quien en el país.
Me cuesta escribirlo y admitirlo, por mis propias convicciones, pero como pesa el ofrecimiento del subsecretario de Estado estadounidense Christopher Landau, exembajador de USA en México: “Profundizar la cooperación en materia de seguridad con México para erradicar el crimen organizado en ambos lados de la frontera”.
Y duele porque hay que admitirlo: ese ofrecimiento lo alaban mucho mas del 67% de compatriotas, que gritan, que exigen, que claman un ¡Ya Basta!
Su muerte con plaza llena, con 14 guardias federales (quien duda que varios de éstos pudieron traicionarlo), es la fotografía de lo que es México y su gobierno, porque todos sabían que el crimen organizado querían ejecutarlo, que lo iban intentar una o varias veces, y el gobierno federal y estatal nada quisieron hacer para evitarlo, o no pudieron porque ya están rebasados.
¡Vaya 2do piso de la transformación! ¡Vayan cifras alegres de disminución de crímenes! Aquí esta la cruda realidad mostrando que los que mandan en México, asesinan en las narices del Estado mismo y/o con su complicidad.

