Por: Zaira Rosas
Todo comunica, nuestra manera de hablar, los silencios, la ropa, los colores, los movimientos o la falta de los mismos. Las palabras son clave para entendernos, pero para algunos especialistas las palabras representan menos del 10% del impacto que causa un mensaje. Lo más importante está en el lenguaje no verbal. De ahí que existan refranes dando prioridad a las acciones por encima de las palabras. Los sucesos más impactantes de la historia han quedado plasmados en posiciones específicas, líderes haciendo ciertos ademanes o movimientos, las palabras pueden cambiar con el tiempo, pero la fuerza que tuvieron al alzar un brazo ante su público y sus distintas posturas están inmortalizadas en múltiples obras de arte.
Las posturas que adoptamos demuestran quiénes somos, cómo nos sentimos e incluso influyen en cómo reaccionan los demás ante nosotros. En una entrevista de trabajo uno de los principales aspectos que los empleadores califican es la percepción que tienen del entrevistado según la apropiación del espacio. Lo mismo pasa en el día a día con el resto de personas. De acuerdo a especialistas como Amy Cuddy el cuerpo comunica. Ella se ha dedicado a estudiar las posturas de poder, el lenguaje no verbal de líderes y personajes a lo largo de la historia. Y ha demostrado que, aunque estas posturas puedan ser fingidas tienen impacto en la mente de las personas.
Si hacemos un análisis de lo ocurrido en los últimos días hay infinidad de mensajes que podríamos estudiar, por eso el fotoperiodismo es tan interesante porque nos permite ver instantes de lo que ocurre y plasmarlos para la posteridad. Recientemente se publicó un análisis de las estadísticas de COVID-19 en países donde los dirigentes no usaban cubrebocas. Quizás coincidentemente los números de afectados son mayores justo donde sus dirigentes no ponen el ejemplo. México ha debatido constantemente el tema, AMLO ha sido portadas internacionales desde el principio de la pandemia gracias a sus declaraciones, acciones y decisiones. Las últimas fueron que no estaba demostrado científicamente que el cubrebocas ayude, incluso señaló que expertos como Hugo López-Gatell le han dicho que no es necesario si mantiene sana distancia.
Lo anterior es una evidente contrariedad con las medidas que los gobiernos buscan establecer por el bien de la población, porque mientras las indicaciones son unas, las evidencias comunican distintos mensajes. Para algunos es claro el de la irresponsabilidad, porque sin duda el principal mandatario del país es el principal ejemplo de todos sus seguidores, pero también puede simbolizar esperanza y fortaleza.
Especialistas como Alfredo Paredes consideran que las figuras como AMLO, Trump, Bolsonaro y otros líderes considerados populistas, buscan transmitir un mensaje mesiánico, simulando que no pasa nada. La intención pareciera comunicar: Yo soy inmune. Todo va a estar bien, sin embargo, en la realidad los números de infectados y muertes incrementan, además los mensajes transmitidos ante otras catástrofes no están brindando la tranquilidad y guía esperada de un buen líder.
En 2001 Jim Collins publicó un libro donde enunciaba las características esperadas de todo gran líder, entre las que destacan las siguientes: humildad, voluntad, resolución feroz, dar crédito a otros y saber asumir las culpas. ¿Cuántas de estas características cumples nuestros dirigentes? ¿cuántas se aplican realmente en las empresas? ¿cuántas somos capaces de poner en práctica?
Por difícil que parezca admitirlo estamos atravesando un periodo de crisis, para lo cual se requiere de verdaderos líderes, en medio de la pandemia todo puede parecer incierto, pero hay medidas que no hacen daño alguno si se respetan y en cambio sí pueden prevenir grandes tragedias. Seamos responsables pensando en el futuro que deseamos, considerando la necesidad que enfrenta nuestro entorno. Llegados a este punto es probable que todos estemos desesperados, pero para que esto termine se requiere de un compromiso social profundo. No necesitas creer que algo existe para cuidar de aquellos que te importan. Ahí está la verdadera fortaleza, ese es el liderazgo, pensar en un bien común. Aceptar el error, aprender de las equivocaciones de otros, confiar en los expertos y decidir oportunamente.
Prestemos atención a todos los mensajes, no para creerlos, sino para analizarlos porque después de la crisis llega una etapa de necesidad y de la mano también se avecina un periodo electoral que será clave para determinar el rumbo de la transformación de México. No basta con creer en lo que se ve, hay mensajes aún más profundos, números que hablan por sí solos. Antes de dejarnos persuadir por la ayuda momentánea, pensemos en lo que el país necesita a largo plazo.
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