Por Helí Herrera Hernández.
El próximo presidente de Chile no vivió-sufrió la dictadura de Augusto Pinochet, como otros ejecutivos federales de aquella sureña nación, como Michelle Bachelet (encarcelada, violada y torturada por los militares golpistas), o Ricardo Lagos (exiliado y encarcelado >1986<), pero lleva mas de la mitad de su vida combatiendo sus secuelas, que aun persisten -a través de la Constitución, como son los sistemas de educación, salud y pensiones.
Se entero del golpe militar fascista de 1973, perpetuado contra el doctor Salvador Allende, y el régimen de terror impuesto en Chile desde ese año y hasta 1990, por la historia contada por sus padres, en los libros, y las discusiones en las calles y plazas públicas, que fueron testigos de tantas y dolorosísimas violaciones a los mas elementales derechos humanos, cometidos primero por la junta militar, y mas tarde por el dictador.
Esos rencores y los efectos dejados por Pinochet en el sistema económico (perpetuados en la actual Constitución), delinearon su formación ideológica, que lo hicieron liderar, al lado de Camila Vallejo, Karol Cariola, Giorgio Jakson y decenas de miles de universitarios, las grandes movilizaciones estudiantiles que sacudieron a Chile en 2011, como dirigentes de la Federación de Estudiantes Universitarios Chilenos, exigiendo el fin de la educación privada elitista, así como la accesibilidad de todos los chilenos (as) a la salud.
Mas tarde coincidieron estos mismos en la cámara de diputados, desde donde pujaron para lograr que la actual Constitución pinochetista se sometiera un plebiscito, para que fuera la sociedad la que con su voto la mantuviera o la desconociera, logrando lo segundo, acción que lo catapulto para su candidatura a la presidencia de ese país.
Su simpatía hacia Pepe Mujica y su gobierno en Uruguay, fue moldeando su agenda política: “”crear sociedades mas justas e igualitarias, en un entorno democrático-participativo-plural, es el compromiso que asumiré como jefe de estado””, decía en su campaña. “”Somos una generación que quiere que los derechos a la educación gratuita, a la salud pública, a la vivienda y a las pensiones dignas sean eso, y no bienes de consumo””, sentenció en su mitin de cierre de campaña el pasado 15 de diciembre.
Ese discurso fue calificado por su oponente, el ultraderechista José Antonio Kast, admirador de Augusto Pinochet, como izquierdista-comunista, advirtiéndole a los chilenos que, si Boric ganaba la elección, convertiría a Chile en otra Cuba o Venezuela, creyendo que de esa forma metería miedo a los votantes, y evitaría que fueran a sufragar por el.
El efecto fue otro. Ante la amenaza de que el pinochetismo se empoderara, Chile vivió una gran participación ciudadana. Nunca, desde que en ese país el voto dejo de ser obligatorio, había votado tanta gente, logrando que Gabriel Boric triunfara con el 56 por ciento de los votos, lejísimo de su competidor, y se convierta el 11 de marzo, en el presidente mas joven en la historia de esa nación y del continente (el 11 de febrero cumple 36 años).
Ese domingo 19 de diciembre, al conocerse los resultados que lo daban como el triunfador, Gabriel Boric pronunció un discurso donde resumió el rumbo de sus políticas públicas como presidente de Chile. “”Tanto mercado como sea posible, y tano Estado como sea necesario, para garantizar que el interés social prevalezca sobre el interés privado”.
Mas adelante, en una entrevista con los medios de comunicación comento, que habla continuamente con el expresidente de Uruguay Pepe Mujica, a quien admira, respeta y le pide consejos, y que ya como presidente lo seguirá haciendo, ya que lo tiene como su referente para mantener el rumbo y no pierda el piso.
Menciona, la que considero será la ministra de desarrollo social o del trabajo, en su gabinete, Camila Vallejo, que ahora “”Gabriel y esta nueva generación debemos seguir trabajando para hacer real el Chile que soñamos””, aquel por el que sus padres lucharon al lado de Allende, y nunca pudieron construir, sucumbiendo en el intento.
El primer paso ya lo dieron ese 19 de diciembre, donde por fin, la esperanza le gano al miedo.