Jue. Nov 14th, 2024

RIP al PRI 

Por redaccion Jul8,2024

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Por Helí Herrera Hernández 

No sé cuántas veces la he disfrutado, ya porque me la he encontrado por casualidad en la televisión, o poniéndola en un lector de DVD, porque llegue a tal grado de gozarla que termine comprándola.  

En verdad que ya perdí la cuenta de las veces que he visto esa película que se filmó en Huiramba, Michoacán, y que viene siendo una sátira política que describe, con demasiado humor, la corrupción del sistema político  mexicano, y que en mi juventud la plasmo Eduardo del Río en una increíble y superentretenida revista llamada >los supermachos<, a la que cada ocho días acudía a la distribuidora de revistas y periódicos de mi natal Altotonga a comprarla (igual que la de Kaliman, el hombre increíble), porque de no llegar el sábado temprano a dicho comercio, se agotaban las dos. 

Rius fue un genio narrando lo que sucedía en el pueblo de San Garabato, y años después Alfonso Arau dirige la película Calzonzin inspector con Pancho Córdoba y Virma González, de entre los artistas que recuerdo, para arrancarme carcajada tras carcajada durante todo el tiempo que dura, porque describe allí con excelsa picardía lo que era el PRI (RIP, como aparecía en las bardas pintadas en las polvorientas casas), donde nada acontecía si no era por la voluntad del cacique lugareño don Perpetuo, que con tan solo verlo vestido con su pin del RIP, sus bigotes relamidos, su sombrero del mismo color que su traje, y mandando con voz de trueno a “todas las fuerzas vivas”, me arrancaba sonoras risotadas que llamaban la atención de mi familia que entraban a la sala o recamara a ver que me acontecía por tan sonora alegría. 

Basto ver hace como dos años en Durango, en una ocasión a don Alito Moreno de traje, con su pin del PRI y un sombrero para atajarse el sol, que le comente ipso-facto con quien estaba: “mira, allí esta don perpetuo del Rosal, el de los supermachos, el de Calzonzin inspector”” para que ambos explotáramos en carcajadas porque era prácticamente una caricatura de esa revista, de esa película, y que tal y como en ellas, representaba la corrupción política hecha carne en él, y en la que más temprano que tarde el tiempo les cobra su desfachatez, su inmoralidad y sus malos actos. 

Porque Don Perpetuo del Rosal como Alito Moreno no se dan cuenta de la pésima imagen que tienen, y ya en el caso de este último personaje (de caricatura), no asimila los terribles resultados obtenidos en las pasadas elecciones por el partido que representa. No le ha caído el veinte que México y los mexicanos repudian todo lo que representa él y el PRI, y que a pesar de todo eso, este empecinado en sepultar lo que queda de ese instituto político, planteando su reelección para de aquí, y hasta que los priístas lo aguanten. 

Yo no sé en que haya terminado la asamblea a la que convoco don perpetuo MORENO para ayer domingo, porque por razones de tiempo en la entrega de esta columna no pude conocer sus resultados, pero si logro su reelección solo me queda terminar escribiendo: Requiescat in pace al PRI, porque le clavo el campechano el último clavo al ataúd (y aquí no vale la redundancia), al otrora partido de los fraudes electorales.  

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