Por Helí Herrera Hernández
La farsa del gobierno de Andrés Manuel López Obrador empieza a transparentarse, lamentablemente para él, para su denominada 4ta transformación, pero también para el pueblo de México.
Apenas a 10 días de su reapertura total, un tren de la línea dorada del metro fue retirado en el tramo elevado para revisión, por fallas en el mismo, con el desalojo de miles de usuarios de la misma, quienes demasiado molestos denunciaron la falta de mantenimiento al principal medio de transporte de la clase trabajadora en la ciudad de México, y más porque después de más de 2 años de estar sin servicio esa ruta, apenas recién reinaugurada por Martín Batres, ya estaba fallando de nueva cuenta.
Cientos de los hombres y mujeres entrevistados por diversos medios de comunicación, denunciaban su molestia, rabia y enojo, porque aún no olvidan el colapso de una trabe de esa línea ocurrida en mayo de 2021, que genero la muerte de 26 personas y dejo más de 100 heridos, y todo por no querer invertir en la misma el gobierno que tiene como slogan >por el bien de México, primero los pobres<.
Ahora, el pasado viernes nos enteramos primero por las redes sociales, luego por los medios de comunicación masiva, y más tarde por un comunicado del departamento de prensa del TREN MAYA, de la caída de un puente en construcción ocurrida el 8 de febrero, que dejó como saldo tres heridos, tratándose de trabajadores que estaban desempeñando sus labores en la zona, mismos que fueron trasladados al IMSS # 149 para recibir atención médica.
Al otro día, en los noticiarios de televisión, aparecieron escenas de trabajadoras del TREN MAYA en Mérida Yucatán, esforzándose por sacar el agua con escobas y trapeadores que inundo la estación TEYA, en un esfuerzo que resultaba inútil, porque entraba más agua de la que esos trabajadores lograban sacar, en una escena que habla, de las obras del gobierno de MORENA mal hechas, por no planearlas y ejecutarlas con profesionalismo, sino con pichicaterías, con el propósito de embolsarse el mayor dinero posible las constructoras, en contubernio con los funcionarios MORENOS.
Una escena parecida se vio también la semana pasada en la refinería de DOS BOCAS, donde se aprecia un camión pipero hundido en el asfalto de las instalaciones de esa magna obra, dirigida por Roció Nahle, inaugurada por AMLO desde hace más de año y medio, y reinaugurada creo otras dos veces más, pero sin que hasta la fecha se haya sacado el primer litro de gasolina o diésel, lo que habla, insisto, del desgobierno amloista, donde todas sus obras se derrumban, antes de que termine su mandato, inclusive.
¿Qué otra obra de la cuarta transformación sigue?
¿Cuál se minará, o caerá en las próximas semanas o meses, antes de que López Obrador entregue el poder?
¿Se atreverá, si es que gana Claudia Sheinbaum, a perseguirle todas estas fechorías a su mesías, o las tapara por ser parte de la mafia que malgastaron los dineros públicos en campañas políticas?