Por: José Efraín Caballero Sevilla
El cambio en la alternancia del eje político de izquierda en México, se dio con cierto retraso con respecto a otras democracias Latinoamericanas, ya que hace 12 años, la mayoría de sus gobiernos estaban identificados con la izquierda o centro izquierda en el continente.
Presidentes como Lula da Silva en Brasil, Cristina Fernández en Argentina, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia les dieron un giro a sus gobiernos, obteniendo excelentes resultados en el plano económico y social.
En la actualidad, se ha dado una nueva oleada de gobiernos, que, impulsados por su población, buscan mayor equidad en la distribución de la riqueza generada en sus respectivas naciones, y disminuir la enorme brecha que existe en la desigualdad socio económica.
Luis Arce quien fuera el Secretario de Economía de Bolivia en el periodo de Evo Morales, refrendo el espaldarazo de la sociedad a las políticas públicas en aquel país, logrando recientemente su elección como presidente de izquierda, que en el periodo administrado por Morales, tomo al país con una economía del 11,500 millones de dólares del Producto Interno Bruto (PIB), y la llevó a crecer gradualmente en 2019 a los 41,196 millones de dólares, lo que habla de una impresionante multiplicación de su economía.
Alberto Fernández de Argentina, igualmente de izquierda toma el poder, tras un fracaso terrible de la derecha en aquel país, gobernado por Mauricio Macri, quien dejó solo en 2018 el PIB registró un crecimiento negativo del -2,5 por ciento y una inflación del 40 por ciento, según los datos de Banco Mundial.
Hoy, ha transcurrido el primer tercio del gobierno presidencial de Andrés Manuel López Obrador; que llegó con cierto retraso histórico, después de aquel fraude del 2006 enfrentando la reconfiguración de un sistema heredado por el neoliberalismo de derecha, que dejó entre otras cosas, un poder adquisitivo de los ciudadanos con una reducción de casi el 80 por ciento de su salario, sucesivamente en los últimos 35 años.
Estamos hablando que el salario mínimo de hace 35 años rondaba los 500 pesos diarios de los actuales, por su capacidad de adquisición de bienes y servicios, con respecto al actual, lo que significó una tragedia para la economía de los ciudadanos mexicanos.
El presidente más votado en la historia de México con 30 millones de sufragios a su favor, encabeza un movimiento social, que ha optado por impulsar políticas públicas de corte de izquierda, orientadas a favorecer a la clase trabajadora, duramente golpeada durante décadas.
Estos primeros dos años de gobierno, se han dado en un periodo que se ha caracterizado por múltiples reformas constitucionales, construyendo mediante ello las bases para el pretendido cambio, mediante la llamada -cuarta transformación-.
Las reformas más importantes, se han dado al artículo cuarto constitucional, que garantiza la pensión a adultos mayores de parte del Estado, las becas para estudiantes y los apoyos para personas con discapacidad.
Además, se dio la creación de la Guardia Nacional, se subió a rango constitucional las consultas ciudadanas, inició la revocación de mandato y recientemente fue aprobada la reforma, que amplía los delitos por los que puede llevarse a juicio a un presidente.
Lo que aún faltaría y no se ha dado por la fuerte crisis provocada por la pandemia, es el mejoramiento en los servicios de salud, ya que en la práctica aún existen deficiencias.
Por su parte, se espera que se dé un repunte en la economía del país, saliendo de la nueva realidad, ya que se ha mantenido un peso fuerte frente al dólar, que hoy está en menos de veinte unidades, y de acuerdo con el plan nacional de desarrollo presentado hace dos años, se generen las condiciones para que aumenten el número de empleos.
Querido lector, tenga un excelente día nos leemos la próxima.
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