Esta es una historia que devuelve la esperanza y que sacude a los seres humanos para que la tomemos como un ejemplo de solidaridad y de amor a las demás personas.
Se imaginan necesitar de pronto un riñón para poder seguir viviendo y que un desconocido te lo done?
Esto le ocurrió a Noemí una joven originaria del municipio de Tula Tamaulipas que viajaba cada semana al hospital de especialidades en Ciudad Victoria para someterse a sesiones de hemodiálisis.
Un día, un guardia de la central camionera que ya se había familiarizado con la visita de Noemí y su mamá se acercó para preguntarle qué era lo que tenía. Al conocer que necesitaba un riñón de inmediato se ofreció a donarlo.
Semanas después Mario el vigilante se encontró con la joven y su mamá, y de frente a ellas les refrendó su compromiso de que donaría el riñón.
-Pero no tengo dinero, le dijo Noemí a Mario.
Nunca hablé de dinero, para qué quiere dinero. Te lo voy a donar, le respondió.
La operación se llevó a cabo con éxito y estuvo a cargo del doctor Jorge Salinas responsable del área de trasplantes.