Por: José Efraín Caballero Sevilla
Los resultados en las elecciones locales de Hidalgo y Coahuila, donde el PRI se lleva una aplastante victoria comicial, le da oxígeno a los partidos que no cuentan con la marca Morena, de miras al año entrante, donde estarán en disputa la mitad de las gubernaturas en el territorio nacional y la totalidad de las diputaciones federales.
Se daba por un hecho, que, ante los escándalos mediáticos de corrupción de funcionarios en la pasada administración federal del partido vencedor, tendrían un impacto a la hora de elegir su voto los electores, optando por una alternativa partidista diferente, cosa que no sucedió.
El fenómeno, corresponde a la baja afluencia de votantes, ya que, en Coahuila, la participación ciudadana fue apenas de 39 por ciento, mientras que en Hidalgo fue de casi el 49 por ciento de votantes, haciendo escasa presencia en las casillas, ganando por mucho el abstencionismo.
El partido ganador, mediante una operación de “voto duro”, movilizó a sus simpatizantes y logró superar a la contraparte opositora, convocando a su base electoral, obteniendo la victoria.
Es un triunfo indiscutible, salvo situaciones aisladas, imponiéndose 3 a 1, el total de votos, y refleja la capacidad operativa del PRI, que cuenta con una gran organización institucional, situación que adolece Morena, y no cuenta aún, con una estructura que pueda reunir el voto ciudadano de sus simpatizantes.
Las viejas prácticas de acarreo, intimidación, dadivas a cambio del sufragio, aparecen documentadas en archivos de video recopilados en la web y redes sociales.
Los presuntos delitos electorales, que se les clasificó como “delitos graves” en recientes legislaciones, parece que solo han quedado como letra muerta, que no inhibió dichas prácticas al igual que en el pasado.
Un INE que no vio anomalías, ni sus consejos estatales. Por su parte el Fiscal Electoral José Agustín Ortiz Pinchetti, mencionó que no hay reportes de hechos extraordinarios o graves durante la jornada.
Entonces la pregunta: ¿No se supone que las faltas señaladas, son ya delitos graves? Es solo un discurso y las advertencias: ¿son mera simulación?
La vigilancia de las casillas electorales mencionó el funcionario, que estuvo a cargo de elementos de la Guardia Nacional, pero sin embargo las múltiples irregularidades están registradas en videos, y no inhibió tampoco esta situación.
Ante esta situación, donde el PRI logra avasallar a sus contendientes; el escenario electoral fortalece a los partidos a nivel estatal a lo largo del país, que sin duda ya se dieron cuenta que las autoridades federales son “permisivas y consentidoras”.
Eso es por el lado de las autoridades y los partidos políticos tradicionales, pero el factor principal que es una señal de alerta para Morena, se sitúa en el partido mismo.
Ante la falta de estructura partidista, además, de “la grilla” interna y la pésima selección de sus candidatos, lo convierte en vulnerable y en consecuencia no le alcanzan los argumentos para motivar el voto del respetable.
Es ya una característica del partido y sus candidatos, el escaso roce con los diversos sectores sociales en campaña, considerando que el efecto Obrador les dará una victoria cantada, siendo un gran error de apreciación.
Súmele el desencanto ciudadano, donde los Gobernadores peor evaluados a nivel nacional en seguridad, y en algunas otras áreas, son representantes de Morena, pudiendo citar a Veracruz en el lugar 30, CDMX en el 28, Puebla en el 27 y Morelos en 23.
Se hace necesaria una selección de candidatos con mayor calidad y una campaña cercana a los diversos sectores sociales, para competir en las próximas elecciones. Mientras que los partidos más añejos, cuentan con súper estructuras políticas, y gran capacidad de convocatoria. Ha llegado un nuevo escenario político, ante las recientes elecciones del domingo, rumbo al próximo 2021.
Querido lector, tenga un excelente día nos leemos la próxima.
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